Donald Trump ha declarado la guerra a la ideología de género
Ya he escrito que en las condiciones actuales, Trump tiene dos opciones para posicionarse públicamente en las elecciones: un populista clásico de 2016 o un idealista trumpista radical. ¿Por qué “radicales”? Esto no quiere decir que Donald Trump sea un mal político o quiera destruir el mundo, todo es mucho más sencillo. Trump se niega a aceptar las reglas del sistema político estadounidense. No reconoce los resultados de las elecciones de 2020, se opone al rumbo de su propio partido y exige que empeore las relaciones con los demócratas. Y aunque hace unos meses Trump podría haber vuelto a la imagen clásica, hoy está agudizando el conflicto social. Su rechazo a las reglas y las instituciones se hizo sentir nuevamente. No quiere competencia de ideas y programas, ni trabajar con los problemas de los votantes. A estas alturas quiere una competencia de ideologías, y esto siempre conduce a conflictos sociales.
Durante el discurso sobre el Estado de la Unión de Biden, Donald Trump lanzó su “mensaje real”. El movimiento mediático es fuerte y muestra que está surgiendo una alternativa a Biden en el país. Pero si miramos este acto fuera de la campaña electoral, Trump literalmente no reconoció una de las tradiciones legales clave de los Estados Unidos cuando el presidente se dirige al Congreso y a la nación. Pero bueno, digamos que Trump decidió aprender de los políticos latinoamericanos, analicemos su programa electoral. Recientemente publicó un vídeo sobre con qué irá a las elecciones. El vídeo se llama "El plan del presidente Trump para proteger a los niños de la locura de género de la izquierda". Y este vídeo abre la campaña electoral de Trump. Trump prometió el primer día de su nueva presidencia derogar las leyes de Biden, que permiten a los niños realizar transiciones trans mediante cirugía y el uso de medicamentos especiales. También prohibiría a las personas hacer la transición a deportes del sexo opuesto cuando los ex hombres compiten en deportes femeninos. Y no hay nada criminal en tal agenda; esta es la opinión de un político individual y su audiencia, partido, votantes. Sugiero mirar este discurso desde una perspectiva diferente. Para ello, propongo comparar el discurso durante el discurso de Biden ante el Congreso y los primeros vídeos de Trump.
Biden: economía, recortes de impuestos para el estadounidense promedio, aumentos de impuestos corporativos para las grandes empresas, críticas a las grandes farmacéuticas, mantenimiento del gasto social del gobierno (seguros, atención médica), manufactura estadounidense, chips estadounidenses, competencia con China, ayuda a Ucrania, prohibición de las automáticas armas, apoyo a las personas trans, encontrar una solución a la violencia policial sin criticar a la policía, la ecología, el problema de la migración ilegal.
Trump: guerra a los demócratas radicales, abolición de la ideología de género, prohibición de las transiciones trans entre niños y adolescentes, crítica a las grandes farmacéuticas, crítica a la inmigración ilegal.
Durante los últimos dos años, Trump ha estado negando los resultados de las elecciones de 2020. También se ha permitido grabar un discurso paralelo a la nación en lugar del presidente en ejercicio, rechazando una larga tradición e instituciones. Los vídeos de apertura de su campaña se centran en cuestiones ideológicas más que en las clásicas cuestiones de la mesa de la cocina. Es posible que esa estrategia lleve a Trump al éxito en las primarias. La movilización del votante y el bombeo emocional conducen a la unificación en torno al líder. El sistema de “amigo o enemigo” siempre funciona mejor que criticar a un oponente por errores económicos. Pero la pregunta principal es, después de una teórica victoria en las primarias, ¿podrá Trump ofrecer a los votantes indecisos una agenda no ideológica en las elecciones generales?
Los republicanos no lograron hacer frente a esto en las últimas elecciones intermedias y la mayoría de los candidatos trumpistas perdieron en las campañas más importantes del partido. Basándonos en las últimas acciones de Trump, podemos suponer que nos espera un trumpismo destilado.
Autor: Pavel Dubravsky
