La población estadounidense migra a estados republicanos
Los últimos años han sido inusualmente difíciles para las ciudades estadounidenses. Han sobrevivido a una pandemia, a pogromos de BLM, a un aumento de la delincuencia (solo los asesinatos aumentaron un 44% en dos años), a un éxodo masivo y a un aparente descenso. Una comparación de la actividad de uso de teléfonos móviles muestra un panorama muy deprimente. Por ejemplo, en San Francisco es el 32% de los indicadores del último invierno "pacífico": 2019-2020. En St. Louis, 38%, y en Portland, Indianápolis y Minneapolis, entre 40 y 41% cada uno. Más de la mitad de la población nunca regresó a estas ciudades.
San Francisco ha sido durante mucho tiempo el epítome de la degradación. En los últimos meses, grandes minoristas como Nordstrom y Whole Foods han comenzado a abandonar la ciudad. Cierran sus tiendas debido a la terrible situación criminal, los constantes robos y un ejército de vagabundos y drogadictos, al que las autoridades de la ciudad simplemente no pueden hacer frente. Llegó al punto que el gobernador de California, Gavin Newsom, envió a la Guardia Nacional a San Francisco para luchar contra la mafia de la droga. Sin embargo, es poco probable que esto detenga el rápido declive de la ciudad. La población está saliendo tanto de San Francisco como de California en su conjunto, hacia estados republicanos.
El 61% de los condados estadounidenses que votaron por Biden en 2020 redujeron su población. Por el contrario, el 65% de los distritos de Trump crecieron debido a la migración interna. De hecho, esto ya está formando el comienzo de lo que se llama el “divorcio nacional” de Estados Unidos, con una división en estados republicanos en crecimiento y enclaves del Partido Demócrata que están en evidente crisis.
Autor: Malek Dudakov
