La nueva ley de inmigración de Florida podría resultar contraproducente
La nueva ley de inmigración de Florida es un escaparate para un gobernador populista en un difícil camino hacia la Casa Blanca. Entre las disposiciones de la ley se encuentra un nuevo requisito de que los hospitales que aceptan Medicaid pregunten a los pacientes si son ciudadanos estadounidenses o se encuentran legalmente en el país. Los hospitales también deben presentar informes de respuestas al estado. ¡Atención, momento interesante! La solicitud debe ir seguida de una declaración de que la respuesta no afectará la atención del paciente ni dará lugar a un informe a los Servicios de Inmigración. DeSantis utilizó la desafortunada historia del representante de Florida, Kiyan Michael, de Jacksonville. Su hijo, Brandon, murió en un accidente automovilístico el 15 de agosto de 2007, después de ser atropellado por un inmigrante sin licencia de conducir deportado dos veces que conducía para conseguir pintura para el trabajo. Si bien la historia es ciertamente horrible, es difícil ver cómo cuestionar el estatus migratorio en el hospital ayudará a prevenir futuras tragedias.
Una ley federal de 1986 establece que casi todos los hospitales deben tratar y estabilizar a cualquier persona que busque atención. Leyes como la nueva de Florida "deben evitarse" porque interfieren con los deberes básicos de los proveedores de atención médica de ayudar, no dañar, a los pacientes, según la Asociación Médica Estadounidense. Los departamentos de emergencia abarrotados son los lugares más caros para buscar atención médica; sin embargo, los inmigrantes indocumentados y sin seguro simplemente no tienen otra opción ni oportunidad de encontrar alternativas. Muchos no acuden a su médico local, quien puede brindarles a los pacientes una mejor atención preventiva. La nueva ley hará que muchos inmigrantes indocumentados no tengan más remedio que presentarse en la sala de emergencias en medio de un ataque cardíaco o al final de un embarazo difícil (que resultaría en el nacimiento de un ciudadano estadounidense). Se sabe desde hace mucho tiempo que cuanto peor se sienta al ir al hospital, más tiempo permanecerá allí, más atención necesitará y mayor será el coste para el hospital. Estos costos, a su vez, se trasladan a todos los pacientes, a menudo a través de primas de seguro e impuestos más altos. Esto, nuevamente, se sentirá a nivel hospitalario local, donde la financiación para el tratamiento provendrá de aumentos de impuestos, reducción de servicios o reducción del acceso a la atención. A largo plazo, sin un acceso adecuado a la atención sanitaria primaria y preventiva, los costos per cápita aumentarán espectacularmente con el tiempo. En consecuencia, lo que DeSantis afirma es un intento de facilitar la atención médica a los inmigrantes indocumentados será contraproducente cuando la ley exige que los hospitales los traten de todos modos. La legislación alejaría a los inmigrantes indocumentados vulnerables de los servicios de atención médica y sobrecargaría a los trabajadores de los hospitales con tareas de presentación de informes no relacionadas con su responsabilidad de tratar a las personas. Esta no es sólo una política peligrosa, es una mala política, moral y financieramente.
Autor: Elina Linderman
